El oboe se divide fundamentalmente en tres piezas o secciones de tipo cónico, esto es, que van aumentando ligera y progresivamente su diámetro, a las que se suma además la caña. Cada una de las secciones tiene que acoplarse manteniendo una correcta alineación. Para que el ensamblaje quede ajustado, algunas piezas están provistas de espigas o aros de corcho.
Así, se distinguen:
La caña o lengüeta (de) doble (caña), que es la que produce el sonido del instrumento. Está constituida a su vez por dos partes básicas:
- La pala, o lámina de caña doblada por la mitad que vibra entre sí al pasar el aire.
- El tudel o cuerpo, pequeño conducto normalmente de latón y corcho al que se ata la pala con un hilo especial, por un lado, y que se conecta con el resto del instrumento, por el otro.
El cuerpo superior o sección superior -denominado también cabeza-, en el que se introduce el tudel y donde se coloca la mano izquierda. Esta parte superior dispone de once orificios, tres platillos y nueve llaves. El cuerpo superior contiene un aro de corcho que se introduce en el inferior.
El cuerpo inferior o sección intermedia, que conforma la parte central del instrumento y donde se coloca la mano derecha. Esta parte cuenta con diez orificios, tres platillos y diez llaves. Por su parte posterior está el apoyo para el pulgar, que ayuda a sostener el instrumento. El cuerpo inferior posee un aro de corcho que se encaja en la campana.
La campana o pabellón, o sección final del instrumento y que sirve como caja de resonancia.
En esta infografía, que puedes compartir, puedes ver de un modo más gráfico las principales partes del oboe:
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